viernes, 2 de julio de 2010

¿Qué hacer para superar el estrés?


¿Qué hacer para superar el estrés? (sin ayuda profesional)

Si somos capaces de progresivamente introducir gran parte de los cambios en nuestra vida que proponemos a continuación, es muy probable que podamos prevenir y evitar que en el futuro el stress nos domine.

Conocer las causas de nuestro stress.

Como en cualquier enfermedad, para que los síntomas desaparezcan, hay que buscar la causa que los provoca. Buscar las circunstancias de nuestro entorno o nuestra vida que nos crean problemas o malestar, eliminarlas y/o solucionarlas. Si no es posible, aprender a vivir con ellas (técnicas de autocontrol).

Relajarse:

Al relajarnos nos desbloqueamos, detenemos la activación del organismo. Esto es lo que puedes hacer:

  • Practicar 15 ó 20 minutos diarios técnicas de relajación, si no las conocemos, la siesta es una buena opción.
  • Aprender a respirar: inspirar lenta y profundamente llenando el abdomen, expirar lentamente.
  • Actividades relajantes como masajes, la hidroterapia (balnearios de aguas termales y talasoterapia), oír música relajante, sin estridencias. Tai-chi, yoga.

Cambios en nuestra vida:

  • Replantearnos nuestro estilo de vida, cambiar nuestros objetivos y prioridades, lo que es y no es importante.
  • Organizar bien el tiempo:
    • Planificar diariamente lo que queremos hacer, ordenar por prioridad y organizar la forma de hacerlo.
    • Evitar la acumulación de tareas, descartar lo innecesario o delegar lo que no podemos hacer.
    • Evitar las prisas y la precipitación, sólo conducen a errores y pérdidas de tiempo.
  • Dedicar un tiempo para nosotros mismos. Cada día un tiempo para “parar y disfrutar”, para desconectar y hacer algo que nos gusta.
  • Separar el trabajo de la vida personal, no llevar trabajo a casa, olvidarnos de él cuando no trabajamos.
  • La rutina puede producir tensión, insatisfacción y aburrimiento, buscar hacer cosas distintas cada día.


Cambios en nuestra forma de pensar y sentir:
  • Ser positivos y optimistas. Pensar en negativo, produce tensión en el organismo (ritmo cardiaco, tensión muscular, arterial…)
  • Pensar y valorar lo que tenemos, los pequeños placeres diarios, y no en lo que carecemos. Alegrarnos de lo que nos sale bien y olvidarnos de lo que sale mal.
  • No sólo ver el lado negro de las cosas, sino también el lado blanco, y los grises intermedios.
  • Considerar las tareas desagradables, las dificultades, los obstáculos como parte del quehacer diario, no como obstáculos insalvables, pensar en  soluciones.
  • No torturarse pensando en el fracaso antes de que ocurra, sino qué hacer si ocurre.
  • No anticipar las tragedias. Como, por ejemplo, los padres que viven angustiados porque temen que su hijo tenga un accidente cada vez que sale con el coche…
  • Evitar generalizar: “todo lo hago mal, nadie me quiere, todo me sale mal, todo el mundo está en contra mía…”
  • Aceptarnos como somos y aceptar a los demás, ser tolerantes con los errores propios y ajenos.
  • Tomar con sentido del humor las situaciones por las que estamos atravesando, sobre todo cuando no tienen solución. Ridiculizar los problemas. Reírnos de nosotros mismos.
  • Reír, a carcajada limpia, libera más tensión que un ejercicio físico intenso. Libera endorfinas, sustancias que producen el bienestar.

Hablar y compartir con personas de confianza nuestros problemas:

Hablar de ello, expresar nuestros sentimientos, libera tensión emocional. Contar los problemas los relativiza, y tenemos la opinión de quien los ve desde fuera.

Vida sana:

  • Dormir lo necesario, el sueño debe ser reparador.
  • Hacer ejercicio físico, no necesariamente intenso. Debe ser divertido y agradable. Por ejemplo, salir a caminar unos minutos.
  • Comer bien con una dieta equilibrada y con tiempo suficiente.
  • Evitar los excitantes (café, té). Evitar el tabaco, el alcohol y otras drogas.

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