viernes, 2 de julio de 2010

Mal de Amores (II). El “Amor sensiblero”.


Mal de Amores (II). El “Amor sensiblero”.

Las mujeres, como Lord Byron señaló poéticamente, tienden a hacer del amor no solamente una parte de sus vidas sino toda su existencia. Aunque el movimiento de liberación de la mujer está cambiando esto, todavía, por término medio la mujer, casada o soltera, tiende a creer que tiene que formar parte de una pareja, que ha de estar acompañada con seguridad por alguien que se preocupe cariñosamente de ella hasta el fin de sus días. En consecuencia, cuando existe alguna posibilidad, y ciertamente la habrá a lo largo de su vida, de que su urgente necesidad de ser amada no sea satisfecha plenamente, se sumerge en un estado de desesperanza, soledad, depresión, inutilidad, desesperación…

Si te sientes identificada con estas palabras vives el amor de un modo poco saludable y adaptativo, porque amar te hace sufrir. Es, lo que vamos a llamar, el “Amor sensiblero”, amor dependiente. Cuando lo vives de este modo, al ser rechazada por tu pareja te sientes intensamente mal, un malestar que va más allá de la decepción y la frustración.

Si este es tu caso, debes detenerte a analizar cuáles son los pensamientos que tienes sobre el fracaso sentimental. Descubrirás que te dices a ti misma ideas negativas y dañinas sobre tu persona, tu comportamiento y sobre lo ocurrido.

¿Y la solución?

A continuación analizaremos racionalmente algunas de estas ideas negativas y autodestructivas que inundan tu mente cuando aparece el fracaso amoroso. Has de intentar analizar y racionalizar lo que sientes y piensas, discutir tus ideas negativas sobre lo vivido, reducir su dramatismo. Te invito a reflexionar, a aplicarlo a tu propia vida, a discutir contigo misma sobre los pensamientos que exponemos. Intenta sorprenderte haciendo alguno de estos razonamientos negativos y discútelos con las ideas que te propongo.
 
1- ¿Por qué es horrible si tu amante/pareja (o potencial amante/pareja) te rechaza? Es horroroso el rechazo de una persona a la que amas tan profundamente. Cuando repites que es horrible que te haya dejado aceptas que es lo más desagradable o perjudicial que te puede ocurrir… pero si reflexionas te será fácil encontrar experiencias vitales más dolorosas. Es desagradable, no te hace feliz, te entristece, pero no es lo peor.
 
Piensas que no debería haber ocurrido, ¿acaso lo que es desagradable nunca debería ocurrir? ¿Existe alguna razón por la que no deberían ocurrir las cosas que no deseas que ocurran? ¡Ninguna! ¿Cuántas cosas nos ocurren diariamente que no deseamos? ¡Muchas! no podemos evitarlas, las aceptamos… En realidad, preferirías que no ocurriera, pero nadie puede evitar que ocurran cosas desagradables, por tanto, acéptalas como uno más de los avatares de la vida.
 
2- “No puedo soportar ser rechazada”… ¿no puedes soportarlo? Nunca te gustará que te rechacen, pero lo que no te gusta lo puedes soportar bastante bien, puedes sobrevivir a pesar de ello, puedes, incluso, si dejas de lloriquear y quejarte, puedes ser feliz sin él, si dejas de tener lástima de ti misma, quizás no tan feliz, pero, en todo caso, sigues teniendo capacidad para disfrutar y vivir.
 
3- “Debería haber sido más guapa, más inteligente, más cariñosa... y así no me hubiera rechazado”. Hubiese sido estupendo tener las cualidades que a él le encantan, pero tú no debes ser otra cosa, eres como eres y es preferible aceptar la realidad. Sólo porque hubiese sido deseable tener una u otra cualidad para agradarle no significa que debas tenerla o sea necesario tenerla.
 
4- “Como no hice lo que debería haber hecho con él, soy una porquería de persona”. Tus cualidades y acciones pueden ser evaluadas por los demás legítimamente, pero no pueden evaluar tu yo, tu totalidad, tu personalidad completa. Tienes muchas cualidades, unas buenas y otras malas, algunas de ellas hoy son de una forma y mañana pueden ser de otra. Puedes ser buena, por ejemplo, escribiendo, pero eso no te hace una buena persona, o puedes ser mala sexualmente, y tampoco te convierte en basura.
 
Todas las personas son demasiado complejas para ser evaluadas total y globalmente. Todos los humanos somos simplemente humanos, ni gusanos, ni ángeles. Por tanto, lo mejor que puedes hacer es reconocer tus acciones poco eficaces, dejar de quejarte por lo que hiciste, y hacer lo necesario para no repetirlo, si te perjudica.
 
5- “Soy una inútil, cualquier hombre con el que salga se dará cuenta de ello y nunca podré tener una relación”. Las preferencias y gustos de las personas varían mucho y habrá quien te aceptará por las mismas razones por las que otros te rechazarán. Si él y otros te rechazan eso prueba que, quizás algunas de tus cualidades sean difíciles de aceptar por algunos hombres. Pero difícil sólo significa difícil, no imposible. Si realmente alguna de tus cualidades no son demasiado atractivas, sólo significa que debes buscar y trabajar con más ahínco para encontrar el tipo de persona que quieres.
 
6- “Es tan horrible no encontrar el hombre que quiero que no vale la pena seguir viviendo”. ¡Por supuesto que no! La vida probablemente será menos agradable sin el sexo, el amor y la compañía, pero no horrible. Aunque fueran cosas inalcanzables para ti, que no lo serán si sigues buscando, existen otras muchas cosas de las que puedes disfrutar. Si realmente fuera inalcanzable para ti, sería desagradable, pero no horrible o catastrófico, porque siempre puedes encontrar algo que dé sentido a tu vida y te haga feliz. Si te rindes te niegas cualquier posibilidad de tener lo que deseas (no que necesitas).
 
Cuando te sorprendas diciéndote a ti misma que algo “debería haber sido”, o “es necesario”, o “es horrible”, o “insoportable”, trata de cambiar estas palabras por “me gustaría que fuese”, “sería conveniente”, “es poco deseable”, “intentaré conseguirlo”... Desaparecerá poco a poco la angustia y los sentimientos perturbadores y paralizantes. Ante el fracaso sentimental no te sentirás locamente feliz o delirantemente indiferente, emociones que también serían dañinas, pero puedes llegar a sentirte equilibradamente triste y afectada, y ser capaz de utilizar estos sentimientos para ayudarte a ti misma en una futura búsqueda de algún otro hombre que te quiera de verdad.

Como conclusión. Las mujeres no sufrimos el “Mal de amores”, por nuestro deseo sensato de intimidad, ni por nuestro fuerte deseo o preferencia por relacionarnos íntimamente con otros, que es muy legítimo y saludable; sino por nuestra enorme exigencia o imperativa necesidad de tener esta forma de relación personal. Debemos mantener una lucha interna por superar estas exigencias pueriles y transformarlas en fuertes (aunque no necesarios) deseos, y aprender a vivir con la dura realidad del fracaso, con ello aumentaremos las posibilidades de conseguir lo que deseemos en el futuro.

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